Claro, es que es realmente agotador. Pasar noche tras noche durmiendo mal o, incluso, no durmiendo afecta al estado de ánimo, a la memoria, al carácter y hasta a la piel!

Yo soy de la opinión de que si algo no funciona, hay que cambiarlo. No merece la pena pasar días en bucle en el que las cosas no van bien. Hay que pasar a la acción y mejorar aquello que no me gusta.

Pero mientras te decides a dar el paso maravilloso de ponerlo todo patas arriba (os ayudo!), delega. Deja que el papá se encargue de todo durante una noche, permítete echar una siesta reparadora o tómate una tarde entera para ti. .

Somos muy dadas a querer tenerlo todo bajo control pero confía plenamente en la otra mitad del equipo y desconecta.